¿Te imaginas un águila sin alas? No podría cazar y moriría de hambre. ¿Y un cirujano con una lesión en las manos? Deja de operar automáticamente. Piensa en un profesional “del volante” que no puede conducir. Si es autónomo, pierde sus ingresos. Si trabaja por cuenta ajena, la retirada del carnet puede costarle el despido.
Algunos no somos taxistas, ni camioneros, ni repartidores… Sin embargo, utilizamos el coche habitualmente y una infracción MUY GRAVE nos abocaría a una situación económica bastante delicada. Según la Memoria Social del Seguro (UNESPA 2014), las scooters (49,9%), camiones (43%) y furgonetas (34%) son los vehículos más propensos a contratar la cobertura de pérdida de la licencia de conducir.
Causas y consecuencias
Puedes quedarte sin carné por dos motivos:
- Cuando pierdes todos los puntos. Un ejemplo es ir acumulando infracciones leves (hablar por el móvil, no llevar puesto el cinturón…).
- Por infracción muy grave. Por ejemplo, conducir a más de 191 Km/h en vías de 120 Km/h, o con una tasa de alcohol elevada (más de 0,60 mg/l en aire espirado o 1,2 g/l en sangre).
Desde hace 9 años, más de 100.000 conductores han perdido el permiso de conducir. De ellos, 80.000 acudieron a cursos de recuperación, que hay que pagar. Para aliviar el gasto y la pérdida de ingresos que supone no poder conducir, nació el seguro para la retirada del carné.
Antes de contratarlo debemos hacernos dos preguntas: ¿cuánto dinero percibirás al día para paliar tus pérdidas económicas derivadas de no conducir? y ¿durante cuánto tiempo? Lógicamente, el límite de la indemnización depende del salario de cada uno.
Como tu corredor te aconsejo que si utilizas el coche diariamente, contrates esta cobertura sin dudarlo.